Nunca supe bien de donde viene el término, si sé lo que significa. ¿Será algo como "La realidad hace check-in para que no nos olvidemos de ella?
Después de unos pocos días -que para mí fueron eternos- con G, me cuesta volver a mi vida. Siento como esa nostalgia que se tiene la noche anterior al primer día de clases, saber que las vacaciones se terminaron y ya no sos -tan- dueña de tu tiempo, que las responsabilidad vuelven a estar a la orden del día... Pero esas son sensaciones que tenemos todos, ¿no?
Lo que más me cuesta es el desapego -si es que usé bien el término-. Acostumbrada a despertarme abrazados, desayunar juntos, pavear, mirar series y tooodas esas cosas que hacíamos, me cuesta volver a mi casa, a mis clases, a mi vida. ¡Ojo! No es que quiera encerrarme en un bunker a pasar el resto de nuestros días juntos y solos. No, simplemente quiero que esa cotideaneidad no se termine. Compartir el café -té- de la mañana mientras hablamos de nuestras cosas, cruzar miradas mientras cada uno hace su vida, y saber que cada día se termina, y el siguiente empieza, junto a él.
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