Parar porque puedo, porque quiero, porque necesito. Parar porque está bueno detenerse en la vorágine diaria y mirar alrededor. Parar para tomarme un tiempo para mí, para mis cosas. Parar para escribir en el blog, probablemente cambiarle la apariencia. Parar para acariciar a mis mascotas mientras me hacen compañía. Parar para estudiar y no retrasarme con la facu.
Hace unos años decidí que voy a hacer todo lo que sea posible por ser feliz. Dentro de parámetros lógicos, iba a desechar de mi vida todo lo que no me hiciera bien. Por eso dejé de lado propuestas laborales, amistades, salidas y más. Tengo 22 y si empiezo a dejar de lado todo eso que me gusta desde ahora ¿qué me queda para después? Prefiero hacer algunos sacrificios sabiendo que son pasos para llegar a dónde quiero estar.
Parar porque puedo y porque quiero.
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